Tres razones por las que decidí adoptar

Quiero contarte lo que motivó mi corazón a tomar esta decisión tan importante que, por supuesto, cambiará nuestras vidas y nuestro futuro.

La primera razón, es que desde que tuve el privilegio de conocer a Jesús a los 12 años impactó mi corazón el significado de esta hermosa palabra, y gracias a todo lo que me enseñaba la Biblia, empecé a entender mucho mejor el significado de la “adopción”, ¡pues empecé a sentirme tan hija, tan legítima y hasta coheredera juntamente con nuestro Señor Jesucristo! ¡Me parecía algo sobrenatural! Creo que muchas veces no dimensionamos cada bendición y detalle que recibimos a diario por ser adoptados por el mejor y único Padre espiritual en nuestras vidas y eso me hizo ver el privilegio de la adopción, no solo como una opción, sino como una necesidad.

Un versículo que siempre tocó mi corazón y que hasta hoy permanece en mis pensamientos es:

“Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.” (‭‭Efesios‬ ‭1:5‬ ‭NTV‬‬)

En este pasaje puedo entender cómo Dios quiso acercarnos a su corazón más íntimamente como familia, también puedo ver que el Señor decidió desde mucho antes adoptarnos, y finalmente nos da un referente: a su Hijo Unigénito y legítimo, para que aprendiéramos cómo podemos ser hijos de Dios y para que pudiéramos disfrutarlo. Aquí realmente puedo ver cómo Dios disfruta en su corazón de cada hijo que recibe la adopción, el cual se siente amado, anhelado, bendecido y comparte tiempos de intimidad con Él.

Creo que por más de que estudiemos, nos preparemos, etc., no seremos realmente padres hasta que tengamos hijos y vivamos el día a día de este rol tan importante, pues aquí nace en nosotros el mayor amor, la sensibilidad, paciencia y cambios evidenciados por muchos a nuestro alrededor que solo vienen a través de la maternidad. No es solo una responsabilidad, es un privilegio, un beneficio y hasta una necesidad ejercer la paternidad y la maternidad en el mundo de hoy.

Pensando en todo esto fue que nació en mí un sentimiento tan profundo por adoptar, no pensé en los niños que iba a beneficiar al adoptar o el cambio que esto trae a la sociedad, o alguna otra intensión, sino en la oportunidad de dar amor y de recibir amor. Fue así cómo esta palabra de adopción empezó a tener un lugar importante en mi corazón.

La segunda razón por la que amé adoptar, es porque tuvimos con mi esposo promesas de parte de Dios frente a esta gran decisión. Junto con mi esposo tuvimos un proceso difícil para poder tener hijos, el Señor nos llevó a esperar por 12 años para conquistar el milagro de Luciana (puedes leerlo en la Revista Hero Moms edición Semillas dando click aquí), ya que mi salud fue afectada por diferentes pérdidas. Y aunque el Señor nos concedió el milagro de Lucianita y podemos decir que fue un acto totalmente sobrenatural, el Señor siempre nos ha hablado de tener más de un hijo.

Es así como después de tener a nuestra hija, mi esposo empezó a motivarme diciéndome que ya era el tiempo de la adopción, y me compartió que él había recibido dirección de parte del Señor. Días después, el mismo Dios me lo confirmó a través de la historia de Ester, quien fue adoptada. Esto trajo paz a mi vida y dirección también para cuidar mi salud. Sé y confío totalmente en que el Señor podría operar nuevamente un milagro en mi cuerpo, sin embargo, esta vez sería a través de la adopción. Así que decidí aceptar con gozo su voluntad para mí.

Fue extraño comenzar el proceso de adopción, porque así como cuando uno es mamá por primera vez, todo es nuevo y extraño, mas cuando fuimos avanzando vivimos emociones, palabras específicas y experiencias que nos hicieron embarazar de este sueño. Todo el tiempo hablamos del hermanito o hermanita de Luci y visualizamos esa personita dentro de nuestro hogar desde ya como si lo tuviéramos en casa, entendiendo que así fue como el Señor nos escogió desde antes de la fundación del mundo y nos predestinó, así que ya le hablamos a ese sueño y vivimos cada día como si ya lo estuviéramos viviendo.

La tercera y última razón es porque lo sentimos como un deber ante Dios de ser ejemplo y luz en medio de todos los procesos que se dan para adopción, pues en el camino nos hemos encontrado que son muchos los que desean adoptar, pero también son muchos los que no son el mayor ejemplo de una familia original, y legítimamente constituida por Dios como nos lo enseña la Biblia. Creo que cada familia cristiana que es de ejemplo en esta sociedad, debe concebir en su corazón y en su pensamiento este concepto hermoso de adopción, ya que es una necesidad no sólo para nosotros como individuos, sino para el futuro de estos hermosos niños.

Hoy seguimos en el proceso, esperando conocer nuestro próximo integrante de la familia, a todos nuestros familiares les hemos dicho y tenemos muchas expectativas de su llegada y de un futuro con propósito, al lado de esta hermosa decisión, damos gracias a Dios por la adopción, ya que nos acercó a su corazón, nos hizo parte de su familia llamándonos hijos y ahora nos da la oportunidad de poder vivirlo en la tierra y para la eternidad.

– Carolina Varela