¿Cómo orar? Consejos prácticos para crecer en tu vida de oración

Ser madre puede ser una tarea desafiante y llena de responsabilidades. Es posible que sientas que no tienes suficiente tiempo o energía para orar, pero la oración puede ayudarte a encontrar la paz y la claridad que necesitas para enfrentar los desafíos diarios de la maternidad.

Cuando tuve mi primer bebé tuve una lucha en mis tiempos de oración porque sentía que pasaba todo el día aprendiendo a ser mamá, quería hacer todo de la manera perfecta y olvidé que la mejor ayuda para nuestra labor es el Espíritu Santo y crecer en mi comunión con él solamente podría ocurrir por medio de la oración.

Aquí te doy algunos consejos prácticos sobre cómo logré retomar mi vida de oración siendo mamá:

1. Encuentra momentos tranquilos:

A veces, puede parecer imposible encontrar un momento para orar en medio de lo ocupado que puede ser el día a día. ¡Pero no te rindas! Busca pequeños momentos tranquilos en tu día, incluso si son solo unos minutos. Prueba orar mientras disfrutas de tu café en la mañana o antes de dormirte por la noche. O como yo: mi momento perfecto era duchándome 😅 Entendí que cada momento cuenta y aprovechar esos pequeños espacios te ayudará a encontrar la paz que necesitas para seguir adelante como mamá.

2. Haz de la oración una parte de tu rutina diaria:

¿Te resulta difícil encontrar tiempo para orar? Haz de la oración un hábito importante en tu rutina diaria. Comienza tu día con una breve oración o haz una pausa durante tus actividades para conectarte con Dios. Tal vez cantar una alabanza con tus hijos (es algo que los míos aman hacer). Te aseguro que el hacer de la oración un hábito diario, encontrarás la fuerza que necesitas para enfrentar los desafíos de la maternidad.

3. Usa la oración como una forma de manejar el estrés: 

La maternidad puede ser estresante, y la oración es una forma efectiva de manejar ese estrés. En lugar de permitir que el estrés te sobrepase, tómate unos minutos para orar y buscar la paz y la claridad que necesitas para seguir adelante.

4. Involucra a tus hijos en la oración:

Tu ejemplo hará que tus hijos amen la oración y crezcan en su propia relación con Dios. Puedes enseñarles oraciones simples y hacer de la oración un momento en familia. Antes de dormir con mi pequeño Levi de 3 años siempre bendecimos a cada persona que nos rodea y declaramos un Salmo juntos para que él pueda dormir de la mejor manera confiado en que Dios lo cuida.

Ser mamá es un desafío que es casi imposible de conquistar sin una vida de oración.

Estoy segura de que aplicar estos consejos traerá paz a tu vida y la claridad que necesitas para enfrentar los grandes o pequeños desafíos que vienen todos los días con la maternidad.

Y un último consejo:

¿Qué puedes hacer para comenzar a orar de una manera constante? Entender que la oración es la única fuente de fortaleza y apoyo en tu vida como madre y que sin hacerlo puedes perder el control de ti misma, tus pensamientos y emociones. Por eso, ser constante con tu vida de oración traerá la armonía que necesitas tú y tu hogar.

Escrito por: Michelle de Boer