Tres pasos para que todas tus semillas den fruto

Hace 2 meses llegó a mis manos un libro: El Milagro de la Semilla de Fe. En este libro Oral Roberts comparte los principios que cambiaron por completo su vida y su ministerio. Él empieza hablando sobre la fe y cómo ésta siempre llevará a producir algo, es decir, a dar resultados.

Sin importar la clase de desafíos o problemas que enfrentemos, cuando actuamos en fe podremos conocer a Dios como nuestra fuente, sigue leyendo y encontrarás tres pasos que nunca fallan.

 “Jesús siempre compara la fe con una semilla plantada para ver un resultado. Él dijo: “si tuviereis fe como un grano de mostaza (Mateo 17:20). “Si tienes fe como una semilla, sin importar lo pequeña, esta podrá resolver todos los problemas sin importar lo grande que sean, aunque parezcan montañas. Esto sucede porque el actuar en fe es una semilla plantada que se multiplicará muchas veces.”

¿Qué fue lo que Dios le reveló a Oral Roberts? 

Cuando las personas le preguntaban cómo había logrado su ministerio, fundar una asociación evangelística y crear una universidad, su respuesta era sencilla: por fe. 

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. (Gálatas 6:7)

Todo empieza con una semilla. Nosotros estamos aquí como fruto de una semilla que fue sembrada. ¿Cuál fue esa semilla? Jesús. Dios sembró lo que más amaba para que se pudiera levantar una nueva generación de reyes y sacerdotes. De igual manera, todo lo que nosotros anhelamos ver en nuestra vida será resultado de semillas que estemos dispuestas a sembrar. 

Esta revelación le llevó a: 

1.       Reconocer a Dios como la fuente todo lo que él necesitaba
   
   Hay momentos o circunstancias en que nuestro piso se mueve. Para muchos, el tiempo de cuarentena significó vivir 100% dependientes de Dios. Es ahí donde evaluamos nuestra confianza, ¿será que está en nuestra propia habilidad, nuestro arduo trabajo, nuestro trabajo, nuestra familia? Esos momentos son oportunidades para depender y reconocer que todo lo que tenemos y somos es por la gracia de Dios. 

2.       Sembrar

La vida de fe es un constante dar, y lo hacemos por cuanto confiamos en Dios. Cuando realmente lo vemos a Él como nuestra fuente, le damos primeramente, y eso que damos es la semilla que sembramos y ésta, a su vez, atrae como fruto algo similar a lo que dimos. Por ejemplo, si se siembra trigo, se cosecha trigo. Si se siembran peras, se cosechan peras. Si quieres que Dios supla tus necesidades financieras, entonces tienes que sembrar dinero a Él para que Él lo reproduzca y lo multiplique. El dar se convierte en el punto de contacto que hará que tu fe sea desatada para que Dios supla esa necesidad. 

3.       Esperar el milagro

No basta con sembrar porque la Fe es la certeza de lo que se espera. Tu das, pero sabes que pronto vas a cosechar. Estás a la expectativa de un milagro a diario. Una mañana, hablando con mi papá, le comenté que me estaba estudiando ese libro. Él recordaba con claridad cada principio compartido en este libro, pues lo leyó al inicio de su ministerio. Me compartió cómo Dios usó este libro para orientar su vida. Mi padre llevaba más de 7 años de casado, estaba trabajando medio tiempo y medio tiempo en el ministerio. Aunque llevaba mucho tiempo sirviéndole a Dios fielmente sentía como un techo en todo lo que hacía. 

A pesar de que se esforzaba mucho y trabajaba, la escasez abundaba.  En su lucha interna y frustración, él me compartió cómo llegó el momento en que iba a ‘pelear con Dios’: Comenzó la oración, sin embargo, para su sorpresa, lo único que salió de sus labios al momento de hacerlo fue un lenguaje celestial, al cual Dios mismo le dio la interpretación: “porque te bendeciré de tal manera, que quedaras asombrado y me dirás basta”. Ese día en respuesta a esta experiencia sobrenatural mi padre se determinó a sembrar lo mejor de sí. 

Dios usó el libro y los principios que les comparto para activar la fe de mi papa. Mi padre hoy testifica cómo desde ese día Dios ha sido su proveedor, nunca le ha faltado nada. Creo que por eso puedo decir que nunca veo a mi padre angustiado o ansioso. 

¿Qué necesitas? 

¿Tienes problemas de tiempo? Te motivo a que siembres tiempo. Por ejemplo, puedes dar 30 minutos de tu tiempo a alguien que tal vez pueda necesitar tu ayuda. Créeme, que vas a cosechar tiempo extra. 

¿Te sientes sola, sin amigos? La palabra nos habla en Proverbios 18:24 que el que quiere amigos debe mostrarse amigo.

Cuando tu das con estos 3 principios en mente serán semillas que darán un gran fruto. Después de estudiar este libro, Dios me llevó a dar una semilla de fe. Logré darla hace más de 3 meses, y ya estoy cosechando el fruto. ¡Dios es fiel a su Palabra! 

Tómate cinco minutos y determina en qué vas a sembrar esta semana o este mes, ¡no permitas que pase este día sin determinarte a hacer un cambio!

 Manuela Harding

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